Hace varios años, las excavaciones en un antiguo cementerio en Mongolia descubrieron un esqueleto humano, con su calavera, que ha proporcionado evidencias genéticas de que los indo-europeos llegaron a Asias oriental hace al menos 2.000 años.
Kyung-Yong Kim de la Universidad de Chung-Ang University de Seúl (Corea del Sur) y sus colegas han encontrado que el ADN extraido de un esqueleto encontrado en una de las más de 200 tumbas excavadas en un cementerio de 2.000 años de antigüedad en Mongolia occidental, cerca de la frontera norte de China, corresponde a un descendiente de europeos o asiáticos occidentales con una posición prominente en el antiguo imperio mongol de Xiognu.
Basándose en excavaciones previas y en descripciones de antiguos textos chinos, los investigadores sospechan que el Imperio Xiognu, que gobernó un extenso territorio en Mogolia entre el 209 A.C. y el 93 D.C., incluía tribus nomádas de diferentes etnias y lenguas. Dicho imperio gobernó una vez sobre la ruta comercial conocida como la Ruta de la Seda, lo que le expuso a influencias chinas y occidentales.
El muerto tenía un conjunto de mutaciones genéticas en su cromosoma Y, heredada por vía paterna, que aparece comúnmente hoy día entre varones de lenguas indo-europeas en Europa oriental, Asia central y el norte de la India. Según los investigadores, el mismo individuo tenía un grupo de mutaciones en el ADN mitocondrial, heredada por vía materna, característica de hablantes de lenguas modernas indo-europeas del Asia central.
Excavations several years ago at an ancient cemetery in Mongolia uncovered a man's skeleton, including this skull, that has yielded genetic evidence of Indo-Europeans reaching eastern Asia at least 2,000 years ago.
Kyung-Yong Kim of Chung-Ang University in Seoul, South Korea, and his colleagues have found that DNA extracted from a skeleton laying in one of more than 200 tombs recently excavated at a 2,000-year-old cemetery in western Mongolia, near China’s northern border, corresponds to a descendant of Europeans or western Asians with a prominent position in the ancient Mongolia’s Xiongnu Empire.
On the basis of previous excavations and descriptions in ancient Chinese texts, researchers suspect that the Xiongnu Empire — which ruled a vast territory in and around Mongolia from 209 B.C. to A.D. 93 — included ethnically and linguistically diverse nomadic tribes. The Xiongnu Empire once ruled the major trading route known as the Asian Silk Road, opening it to both Western and Chinese influences.
The long-dead individual possessed a set of genetic mutations on his Y chromosome, which is inherited from paternal ancestors, that commonly appears today among male speakers of Indo-European languages in eastern Europe, central Asia and northern India. The same man displayed a pattern of mitochondrial DNA mutations, inherited from maternal ancestors, characteristic of speakers of modern Indo-European languages in central Asia, the researchers say.
Kyung-Yong Kim de la Universidad de Chung-Ang University de Seúl (Corea del Sur) y sus colegas han encontrado que el ADN extraido de un esqueleto encontrado en una de las más de 200 tumbas excavadas en un cementerio de 2.000 años de antigüedad en Mongolia occidental, cerca de la frontera norte de China, corresponde a un descendiente de europeos o asiáticos occidentales con una posición prominente en el antiguo imperio mongol de Xiognu.
Basándose en excavaciones previas y en descripciones de antiguos textos chinos, los investigadores sospechan que el Imperio Xiognu, que gobernó un extenso territorio en Mogolia entre el 209 A.C. y el 93 D.C., incluía tribus nomádas de diferentes etnias y lenguas. Dicho imperio gobernó una vez sobre la ruta comercial conocida como la Ruta de la Seda, lo que le expuso a influencias chinas y occidentales.
El muerto tenía un conjunto de mutaciones genéticas en su cromosoma Y, heredada por vía paterna, que aparece comúnmente hoy día entre varones de lenguas indo-europeas en Europa oriental, Asia central y el norte de la India. Según los investigadores, el mismo individuo tenía un grupo de mutaciones en el ADN mitocondrial, heredada por vía materna, característica de hablantes de lenguas modernas indo-europeas del Asia central.
Excavations several years ago at an ancient cemetery in Mongolia uncovered a man's skeleton, including this skull, that has yielded genetic evidence of Indo-Europeans reaching eastern Asia at least 2,000 years ago.
Kyung-Yong Kim of Chung-Ang University in Seoul, South Korea, and his colleagues have found that DNA extracted from a skeleton laying in one of more than 200 tombs recently excavated at a 2,000-year-old cemetery in western Mongolia, near China’s northern border, corresponds to a descendant of Europeans or western Asians with a prominent position in the ancient Mongolia’s Xiongnu Empire.
On the basis of previous excavations and descriptions in ancient Chinese texts, researchers suspect that the Xiongnu Empire — which ruled a vast territory in and around Mongolia from 209 B.C. to A.D. 93 — included ethnically and linguistically diverse nomadic tribes. The Xiongnu Empire once ruled the major trading route known as the Asian Silk Road, opening it to both Western and Chinese influences.
The long-dead individual possessed a set of genetic mutations on his Y chromosome, which is inherited from paternal ancestors, that commonly appears today among male speakers of Indo-European languages in eastern Europe, central Asia and northern India. The same man displayed a pattern of mitochondrial DNA mutations, inherited from maternal ancestors, characteristic of speakers of modern Indo-European languages in central Asia, the researchers say.