domingo, 29 de julio de 2012

1812. Una campaña de ida y vuelta

El siguiente texto es un resumen del artículo "1812. Una campaña de ida y vuelta" que aparece en el número 15 de ALKAID REVISTA MULTITEMÁTICA y en el que se pasa revista a la campaña que hace 200 años llevó a cabo Wellington, a la cabeza de los aliados británicos, portugueses y españoles, contra los ejércitos imperiales.
Para adquirir dicho número basta dirigirse al portal de ALKAID EDICIONES y descargar el boletín de petición de productos (6€ + G.E.) o el de suscripción (4 número por 24€ sin G.E.)


"El año 1811 había finalizado aparentemente bien para las armas francesas en España: Soult en Andalucía frente a Cádiz, Suchet dueño de Aragón y Valencia, Decaen en Cataluña, Dorsenne en el norte y centro de España, el rey José y su corte en Madrid y Marmont en las fronteras portuguesas, ocupaban la casi totalidad de la Península. Solo algunas bolsas de resistencia española: Lacy en Cataluña, Blake en Valencia, Freire en Murcia, la Regencia en Cádiz, Abadía en Galicia, Castaños en Extremadura y, sobre todo, el ejército anglo-lusitano de Wellington en Portugal, amenazaban el dominio francés.
Pero los ejércitos imperiales, 230.000 hombres, estaban dispersos por la península ibérica, un territorio en el que “los ejércitos grandes morían de hambre y los ejércitos pequeños eran derrotados” y su efectividad real estaba además minada por la incesante actividad guerrillera, las rencillas y odios entre los comandantes franceses. La decisión de Napoleón de invadir Rusia y sustituir 27,000 hombres por tropas de segunda línea y, sobre todo, el que se empeñara en dirigir a distancia la contienda, cambiando la estrategia continuamente o poniendo y quitando divisiones a sus generales, no hacía nada por mejorar la situación de los mandos franceses.
Seguro en su santuario portugués después de las victorias de Albuera y Fuentes de Oñoro en mayo de 1811, Wellington con sus 60.000 anglo-lusitanos, bien reorganizados y provistos ahora de artillería de sitio, era el único capaz de derrotar a los franceses en el campo de batalla. Frente a él, Marmont, al mando del ejército francés de Portugal en sustitución del derrotado Massena, bastante tenía con lidiar con las órdenes contradictorias de Napoleón, empeñado en obligarle a distraer, en mitad de diciembre, una buena parte de sus fuerzas para apoyar a Suchet y al rey José. Todas esas idas y venidas de los franceses no escaparon a Wellington que, dispuesto a pasar a la ofensiva aún en pleno invierno, diseñó una estrategia sencilla consistente en tomar Ciudad Rodrigo y Badajoz, en manos francesas, y avanzar después hacia el interior de España. Así, el 6 de enero de 1812, Wellington cruzó el río Águeda y entró en España, dando comienzo a la campaña de 1812, que marcaría un punto de inflexión en la Guerra de la Independencia, al pasar definitivamente la iniciativa de la contienda a los aliados españoles y anglo-lusitanos.

.../...

Preparativos para Los Arapiles (22 abril-13 junio de 18012):

Recordemos que mientras Wellington se hacía dueño del corredor sur, Marmont, obligado por las órdenes imperiales, trataba de invadir Portugal por el corredor norte. Con las plazas fuertes de la zona en manos aliadas, poco pudo hacer el mariscal francés, que se vio finalmente obligado a replegarse a Salamanca el 22 de abril, al aparecer frente a él los 40.000 hombres transferidos por Wellington desde Badajoz. El resto de los anglo-portugueses quedó en Extremadura al mando de Hill, vigilando a Soult que se replegó a sus bases andaluzas.
Al mismo tiempo Napoleón se encaminaba hacia su trágica aventura rusa, pero antes de partir dio a su hermano José el mando supremo de los ejércitos imperiales en España. Sin embargo, tanto Marmont como Soult hicieron oídos sordos a los intentos de unificación estratégica y permanecieron cada uno en su territorio sin atender a las demandas del rey intruso.
Toda esta actividad llegó a oídos de Wellington, gracias a los despachos interceptados por los guerrilleros, y le decidió a dirigir su ataque contra Marmont. Antes, aseguró su flanco derecho sobre el Tajo haciendo que Hill destruyera el 19 de mayo el estratégico puente de Almaraz, a la vez que reconstruía el de Alcántara, en la frontera hispano-portuguesa. De esta manera, los aliados tenían abierta la comunicación norte-sur, mientras que el contacto entre Marmont y Soult solo podía hacerse ahora a través de Toledo, 250 km aguas arriba.

Campaña de Los Arapiles (13 junio – 22 de julio de 1812)

Wellington estaba ya listo para entrar en España pero, siempre cauteloso, el general británico cubrió sus flancos estratégicos. A su derecha Hill siguió vigilando a Soult, mientras a su izquierda la milicia portuguesa atacaba Zamora y el ejército español de Galicia ponía sitio a Astorga, amenazando a Marmont por su derecha. Por último, la Royal Navy apoyaba en la costa cantábrica a las fuerzas semirregulares españolas que mantenían en jaque a la retaguardia francesa.
El 13 de junio Wellington inició el avance al frente de 47.000 anglo-lusitanos y 3.000 españoles. Marmont, con 40.000 hombres, intentó retrasar el avance aliado dejando una guarnición en Salamanca (que resistió hasta el día 27) pero, consciente de su inferioridad numérica, se retiró hacia Tordesillas sobre el Duero, perseguido de cerca por los aliados. A partir de ahí y tal como se relata en el artículo de Luis Torrecilla “La Campaña de Salamanca de 1812 en una novela del siglo XIX” publicado en este mismo número, Wellington y Marmont jugaron al ‘gato y al ratón’ hasta que el 22 de julio tuvo lugar la batalla de Los Arapiles, que terminó con Marmont herido y con la aplastante derrota de los franceses.

La entrada en Madrid (22 de julio - 31 de agosto de 1812)

Wellington persiguió sin mucha prisa al derrotado ejército de Portugal (ahora bajo Clausel) hasta Valladolid, donde entró el 30 de julio y dejando allí una fuerza de contención de 7.000 hombres para vigilar a Clausel, se dirigió hacia Madrid, donde el 12 de agosto fue recibido como un libertador. El rey José se había retirado hacia Valencia a reunirse con Suchet, ocupado él mismo con las actividades anfibias de la Royal Navy. Por su parte, Soult levantó el sitio de Cádiz el 24 de agosto, tras recibir noticias de la derrota francesa, y evacuó Andalucía dirigiéndose también hacia Valencia, adonde llegó a finales de septiembre.
Wellington permaneció en Madrid hasta el 31 de agosto en que, dejando la mitad de sus fuerzas en Madrid al mando de Hill para, se dirigió de nuevo hacia Valladolid con 25.000 hombres para empezar la campaña de otoño."

.../...